Yo sé que llegará el día en que tus ojos ya no me calmen, que tú vendrás y no encenderás en mi boca el deseo. Que mis ojos no te buscarán entre otros ojos, que tu boca no será causa de mi sed infinita. Llegará un día sin retorno en el que ya nunca podrás hacer en mí lo que hiciste un día, ni de mi lo que fuiste. Porque te sobró tiempo para deshacerlo todo, para deshacerme entera. Nunca te importó colmarme y después irte: rebosar mi soledad con tu ausencia.
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