Esta mañana, al despertar, sabías a cerveza y a miel. Cuando te has ido, me he quedado pensando en un pueblecito lejano, era una estampa desierta. He pensado en escaparnos allí, coger tu mano y ser de arcilla como la tierra. Ahora ando haciendo planes en la estación de Francia. También he meditado algunas cosas. Creo que podría quedarme a vivir en las palabras que dices: chiquitita, frambuesa mía, luz de mi vida, porque es cierto, me estoy acostumbrando a tu risa como al sol de las mañanas. ¡Me gusta tanto verte dudas! Me asusta imaginar cómo crecen mis pupilas, cómo se me ablanda el rostro cuando no sabes explicar por qué amas las cosas que amas y te brillan los ojos como canicas, y mueves las manos como un mirlo. Tus ojos están pasmados y yo estoy mirando tu boca como tendida en un balcón con vistas a un lago.
tu boca,
quiero mojar tu boca
y hacerla lago
mojar tu boca
y hacerla mía
y quedarme así
enredada como alambre
en las manos de un niño:
llamarte niño
llamarte niño-anciano mío
La primera vez que te vi eras un pájaro amarillo en mitad de la noche. ¿Dónde habías estado?, ¡si mi vida ha sido siempre la noche! Amor, si acaso no volabas en la noche… LLevo días pensando que he encontrado un alma, un alma pura, una mancha de honestidad, de nieve y hoguera —ardiente y seca—.
Ojalá tu ilusión sea cierta y tenga forma de nube, de nube viajera y blanca, ojalá nos queramos con las manos abiertas, cómplices e inacabadas, ojalá ardamos en mitad de la espuma y la suavidad nos vista con su perfume hambriento, y crezcan las flores allá donde la muerte nos quiso.
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Muy bonito y muy bueno. También me ha encantado el vídeoclip, una combinación perfecta de las imágenes con «Je t’aime moi non plus»
Sigues mejorándote cada día, a pesar de ser ya tan buena. No sé cómo puedes hacerlo pero sigue haciéndolo, es un placer leerte.