El chico de los megapíxeles

Me hablaba de su nueva tablet, no sé qué modelo, no sé qué de “fino” decía, de “microSD”, de “megapíxeles”, 
y a mí que nunca me habían interesado mucho las nuevas tecnologías.
 Él hablaba y hablaba y de vez en cuando le daba traguitos a la copa de vete a saber tú qué vino de “fino” y de “roble” y de “maceración” y de yo qué sé si del Valle del Ródano y que me importa un rábano la región vinícola y la intensidad dependiendo de la altura de su cauce, pero sonrío, “un vino armónico”, decía y yo casi le tiro el malibú con piña encima.

Le escuchaba como si estuviera interesadísima en eso de los megapíxeles mientras miraba aturdida, de reojo, al chico que estaba sentado en la esquina del pub.
 Le veía en una pantalla real de 1762830202 megapíxeles, megacieguísima, con flash led multicolor y ambiente embriagador filtrado por las ranuras microSD. Mucha maceración alcohólica. Mucha maceración mental. Mucha maceración ción ción ción, ciegón.
“¿Cuántos, cuántos?” le preguntaba otra vez, interesantísima, “2048×1536 megapíxeles”, decía. 
“Joder”, decía yo, porque siempre hay que decir “joder” cuando algo te importa una mierda, “joder” y subir las cejas.

Sonaba You&Me todo el tiempo. De Disclosure. Quiero decir, sonaban un montón de canciones, pero en mi cabeza solo sonaba esa. Cosas que pasan cuando llevas toda la vida tarde mezclando bebida energética con café, luego divisas a alguien que te gusta mientras otro alguien te come el tarro y bebes malibú con piña como si fuera agua con gas de vichy catalan. Vamos, beber por beber, como si las reservas de malibú con piña fueran a extinguirse en esa discoteca, en una cuenta atrás de 3piñas 56exprimidas. Disclosure en modo repeat, sure. Sure, Disclosure. La verdad es que no suelo ser muy corta-rollos con la gente que tiene como hobby hacer monólogos cuando se emborracha, así que podría haber perdido
media noche con la historia de su tablet y sus megapíxeles solo por no resultar desagradable –¡¡¡soy tan maja!!!-, y también por eso de que me venía a huevo observar al chico
de la esquina desde el ángulo en el que estábamos en una pantalla real de 1762830202 megapíxeles -¡encima no se hacía el interesante, seguro que estaba medio triste…
¿o se hacía el triste-interesante?!-, ¡ay!

La cosa es que mientras el «pixelao» me seguía hablando de su queridísima tablet adoptada como a un recién nacido en Indonesia, yo iba pensando en eso de resultar interesante,
 pensaba que cuanto más nos hacemos los interesantes, más gilipollas resultamos.
 Cuanto más interesantes nos creemos más desciende nuestro sex-appeal. Es decir, más desciende nuestro sexo. Es decir, que no follamos ni pa´trás.

Así que, apiadada de mí, me puse a hacer algo productivo con mi vida y empecé a imaginar cómo debía de ser cualquier domingo si me asomara a su casa con una micro cámara. El domingo sería posiblemente el único día de la semana que tuviera sex-appeal, ahí tirado en el sofá sin pretender nada, despeinado, con un pijama de helicópteros comiendo filipinos. Posiblemente dejaría la tablet en la mesilla de noche y después de comer se pondría una película: Slumdog millionaire o Ciudad de Dios. Ciudad de Dios tiene un 8,4 en filmaffinity, y teniendo en cuenta los megapíxeles de este tío, no se andaría con pijadas que no pasaran del 7. Posiblemente llamaría a su madre y le diría “te quiero”. Sacaría la basura a eso de las 20:00 y se fumaría un piti con el dueño del bar de la esquina que posiblemente se llamaría Pepe porque posiblemente el bar también se llamaría PEPE. El domingo sería posiblemente el único día de la semana que se le daría bien la cocina, aunque de pronto se le quemara el calabacín por tender más calcetines de la cuenta en la galería. ¿Lo veis?, ¡la simple imagen de un chico comiendo calabacín quemado me produce ternura! Y luego, por la noche, se quedaría dormido viendo Cuarto Milenio, no antes sin haberme mandado un whatsapp preguntándome si alguna vez en mis innumerables vidas había visto un visitante. No sé, cosas así. El domingo sería posiblemente el único día de la semana que me lo follaba. Y punto.

 

https://www.youtube.com/watch?v=_zPlr-o-YEQ

 

1 Comentario El chico de los megapíxeles

  1. Manuel 9th noviembre 2016 at 9:19 am

    Hola chica de pelo rosa, he empezado hoy a leerte y me gusta mucho.Gracias por lo que escribes, seguire lellendote.

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