Si le soy sincera, le vi en la estela de algún rayo. Vi su cuerpo en la estela y me prestó más que una imagen, más que un rostro y una nariz. Estará de acuerdo conmigo en que así se conoce el alma a veces. Y que se ría aquel inútil, ¡mente plana!, que yo no le conozco, es cierto, pero le conozco a ratos. Porque me he visto tanto, tanto tiempo, tantos miedos, que un instante pasa ante mí y me regala olores y me regala cosas. Y usted pasó. Y yo le vi al alma. Es solo eso. Tan solo eso -mueca tonta y pasmosa de gata indefinida-. Conozco su ausencia en una ventana, su cuerpo en una silla, su piel de lámpara. Y desde aquí le abrazo.
Si le soy sincera, me caló el corazón un gesto suyo. Uno que imaginé. Usted estaba en la cama, distraído. Apretaba su clavícula con el pulgar izquierdo como buscándose palabras. Quizá pensaba en su padre, o estuviera triste o existencialista así como uno de esos franceses. Yo siempre he sido demasiado buena en disimular rojeces. No iba a declararle mi amor, tan tierno. Así que, dime, ¿cree en todo esto?, ¿cuál es su verdad?, ¿quiere que vayamos a ver volar los pájaros? Es la primera vez que fumo y digo tonterías… ¿Podría quererme?
Si le soy sincera, no quisiera que me deseara para un rato. Lo cierto es que se me da mejor hacer tortitas por la mañana y sería una pena que usted se fuera sin ensuciarnos la nariz con nata. Y podrá besarme si quiere. Y dejarme su jersey azul. Tan solo quiero jugar con usted. Alcanzarle sobre el sofá y escupirle agua encima y que me llame osada, impertinente, malcriada. Y luego, ser dulce de leche y buena como mamá. Que usted me descubra a su manera. Pero no me engañe, por favor, no use tácticas, yo puedo ser tierna como el almíbar en la cimera, pero también al pan dulce le basta un día para ponerse duro.
Si le soy sincera, antes necesito saber un par de cosas -debería anotarlas sobre el frigorífico-. Necesito saber, por ejemplo, que le gusta celebrar la navidad sin creer en ella. Un martes de primavera a las tres decorar la casa con renos. No importa que no sea Diciembre. Necesito ese tipo de magia. Como tener paraguas para que nadie nos moje. ¿Lo comprende? Es sumamente importante que usted lo entienda. Le necesito porque, si le soy sincera, ni siquiera existe.
MUY SUGERENTE Y ESPECIAL…..MUY BUENO DE VERDAD.